22/6/18

Reseña: A Step Two Close, Jaimie Roberts

Reseña:

A Step Two Close

Jaimie Roberts


U
sé el sexo para ayudarme a olvidar.
Para ayudarme a adormecer el dolor.
Porque durante esos pocos minutos de placer, podía cerrarme a todo.
A los recuerdos de todo lo que había perdido. De todo lo que había soportado.
De todo lo que vi morir ante mis ojos.
Me acosté con un hombre que no puedo quitarme de la cabeza. Se suponía que era algo de una sola vez sin apegos ni compromisos. No se intercambió ningún nombre ni ningún número de teléfono. Y estuvo bien para mí… hasta que me quedé despierta por la noche, soñando con la caricia de ese hombre. Deseando y anhelando sentir su toque una vez más.
Pero un día, mis fantasías de ver a ese hombre de nuevo se volvieron una realidad en una pesadilla que consumía demasiado. De repente, está en mi casa, y esa sonrisa engreída de él promete en silencio más por venir.
¿Y la razón de eso? Su padre se va a casar con mi madre. Vamos a ser una familia.
Estoy en los siete círculos del infierno. Su mirada solo consume mi alma y me hace suplicar por más. Me desea y está decidido a atraparme. Soy su obsesión, y me he convertido en esclava de su enamoramiento… de los juegos que le gusta jugar. De los juegos que sabe me harán rendirme a su voluntad.
Pero ese no es el único problema. Esa no es la única razón por la que vivo en mi propio infierno personal.
El año anterior a conocer a mi futuro hermanastro, Hunter… El año en que tomé la decisión de acabar por destruir mi alma…
Perdí mi virginidad con el padre de Hunter.


Reseña

Cuando leí la sinopsis de ésta novela, no pude esperar a empezar a leerla. No soy una fan de los triángulos amorosos, pero desde luego me gustan los romances entre hermanastros, sobretodo si están tan buenos como Hunter.

Ayden perdió a su padre de muy joven, algo por lo que siempre se ha culpado -no que pudiera olvidarlo cuando su madre se lo recuerda a diario-, y para olvidar, decide entregarse a hombres desconocidos para una noche de sexo en el día de su cumpleaños. Nada malo ahí, ¿verdad? Pero la cosa cambia cuando su madre le presenta al hombre con el que se va a casar –el mismo que reventó su cereza hacía un año- y su hijo –el mejor polvo de su vida y que no puede olvidar-. ¿Puede ponerse peor? Puede.

En A Step Two Close, la autora le da un nuevo sentido a la palabra “incómodo”. En serio, he leído infinidad de historias sobre chicos que tienen sexo y que cuyos padres después se casan: están Jax de Vivian Lux, Prick  y Tool de Sabrina Paige, la serie “Montecarlo” de Robyn Hill, la mini saga Too Far de Abbi Glnes…, un montón, pero que la protagonista no solo tenga relaciones pasadas con el hermanastro/próximo-a-serlo sino también con el próximo-a-ser padrastro, es demasiado.

Es necesario destacar, a su vez, los grandes personajes que se pueden encontrar entre las páginas.
En primer lugar está Ayden, una joven estudiante de criminología que guarda demasiados secretos y dolor dentro suyo a raíz de auto culparse por la pérdida de su padre. La chica es fuerte como una roca  y un poco demasiado sadomasoquista para mi gusto. Además, están tan bien descritos y expresados sus sentimientos y pensamientos que el lector casi puede sentir en su propia piel cada golpe.
Le siguen los hombres Davenport. Hunter, el hijo, por un lado, es un cliché andante: rico, guapo y mujeriego, una triple amenaza, y ha puesto los ojos en Ayden, lo que augura indecentes escenas entre sábanas –o contra paredes-. Lo que me sorprendió mucho de éste protagonista es su incapacidad para ver las señales a su alrededor, en serio, habría que estar ciego para no darse cuenta de lo que pasaba.
Y después está el padre, Mason, quién va a casarse con un monstruo con máscara de dulce y amorosa madre, mientras sigue atraído por su ahora hijastra.
También creo que merecen una mención los fabulosos y súper entretenidos amigos de Ayden: Mandy y Christian. Éstos dos personajes amenizan todas y cada una de las escenas en las que aparecen y son la principal fuente de diversión en la novela.
Pero quiénes tienen un papel fundamental en la historia son los secuaces de Satán y antagonistas del manuscrito: Kat, la madre, y Robert, el chiflado rechazado. Ambos son crueles y vengativos, sobretodo la primera, quien me recordó mucho al padrastro del libro Hate Sex de Sinden West. En serio, estos dos están como una cabra y desde luego se merecen todo lo que les sucede a posteriori.

Nunca antes había leído un trabajo de ésta autora y me he quedado gratamente sorprendida por su grácil prosa y la cantidad de emoción que ha conseguido inyectarme con sus palabras, sobretodo gracias a la combinación del punto de vista del narrador entre Ayden y Hunter

¿Y las últimas páginas? Sencillamente genial. No me esperaba para nada éste final y fue algo diferente que puso el último toque a la novela.

Citas

-¿Puedes ser quien me ayude a olvidar? –Ciertamente puedo intentarlo.”
“¡El karma no podría se tan cruel!”
“Conocía esa sonrisa. Prometía que estaría estudiando mucho de él.”
“¡¿Por qué la gente tenía que poner paredes en las casas?!”
Quiero agregar más colgantes a tu brazalete.

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