21/3/20

Reseña: Enemies, Tijan

ENEMIES

TIJAN


 
S
tone Reeves era mi vecino, y lo he odiado desde sexto grado.
Hermoso y carismático, él se convirtió en el dios del fútbol de la ciudad, mientras que yo me convertí en la chica invisible de la ciudad.
Fue a una escuela de fútbol de Primera División, mientras que mi padre fue despedido por su padre.
Su equipo ganó el Campeonato Nacional, mientras que mi madre murió el mismo día.
Fue la primera elección para la NFL... mientras yo tomaba la peor decisión de mi vida.
Ahora estoy en Texas tratando de recoger los pedazos de mi vida.
Pero, Stone está aquí.
Stone está en todas partes.
No importa que el desastre haya golpeado mi vida de nuevo.
No importa que sea él quien trate de consolarme.
No importa que sea la obsesión futbolística más reciente del país.
Porque para mí, siempre ha sido y siempre será mi enemigo.




RESEÑA


Entre finales de noviembre y principios de diciembre del año pasado, hubo un boom que no decidí seguir. ¿De qué se trataba? Pues del nuevo súper libro de la autora Tijan había salido publicado. ¿Por qué no me uní a la tendencia? Porque soy idiota. Punto.

Me encantan las novelas de deportes, ¿a quién no? Pero tengo una tendencia a escoger aquellas cuyo deporte principal más desconozco –no que sea una experta en ningún deporte a parte del sofaing, pero tú ya me entiendes. Es decir, casi todo lo que se de fútbol americano lo aprendí de Sweet Home de Tillie Cole… De cualquier manera, siempre me asusta que haya segundos significados con referencias al deporte y que me pierda así la mitad del argumento, por ello tiendo a, de alguna manera poco efectiva, evitarlos.

Y para este libro la cagué. No hay más. Podría haberlo leído cuando todo el mundo lo hizo, y cuando todos hicieron las más geniales reseñas y dieron sus muy positivas opiniones sobre este, pero me acobardé y lo dejé aparcado en la lista de pendientes. Bueno. Por fin mi cerebro ha empezado a pensar de nuevo y ayer empecé y acabé este manuscrito. ¿Lo adivinas? ¡Me he enamorado!

Tengo que admitir que el principio de la historia me confundió un poquito, cuando llegué al segundo capítulo, hice una parada y volví a releerme las primeras páginas solo para estar segura de los posibles giros argumentales ligados a ellas, pero el resto fue suave como la seda.
Adoro a Dusty Phillips, es fuerte, decidida, y aunque lo ha perdido todo, sigue aferrándose a su terquedad para alcanzar sus objetivos –incluso si estos son alejarse de un ejemplar como Stone Reeves. Por supuesto, todos tenemos nuestras fugas y, cuando la colisión finalmente sucede, es explosiva.

En el otro lado del cuadrilátero tenemos al mencionado Stone Reeves y debo decir… menuda esquina –lo siento, sé que el deporte no se adapta a esta novela, pero soy conocedora de tan poco sobre fútbol americano que, si hiciera alguna analogía, seguramente heriría más de un corazón con ello. El hombre es la estrella de Texas y una fuerza a tener en cuenta cuando se trata de presionar los botones de su mejor amiga de la infancia. Pero dicha combinación logra que las chispas salten entre los dos protagonistas y, cuando por fin se cala fuego, se convierte en la llama más adorable del mundo.

¿Lo mejor de todo? Mi sexto sentido que falló para el último libro que reseñé, se ha vuelto a poner en marcha y mis primeras suposiciones dieron totalmente en el canto. Claro que la autora fue mucho más allá y después nos ofreció el mejor final posible.

¿Te pica la curiosidad? ¿Cómo yo, estás encerrad@ en casa sin poder salir? Prueba a leer esta novela y sentirás como el aire golpea tu cara, será como estar en el mundo exterior. Lo prometo.



CITAS

“[…] esos recuerdos fueron la base para establecer en quién te convertirás en el futuro. Ya sea que hayan traído dolor o felicidad, es importante no olvidar”.
“Piensa en los demás. Comprende a los demás, y si no puedes entenderlos, entonces aprende más sobre ellos. Es muy importante. Una vez que tengas la clave para entender por qué alguien más hace daño o sueña o  sobrevive, entonces tienes el conocimiento definitivo. Tienes empatía”.
“Nunca dejes que nadie atenúe tu luz”.


     

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